DONAR. ACTUAR. ORAR. DONAR: El apoyo financiero para los esfuerzos de ayuda se puede designar para DR000194, que apoya la respuesta de la iglesia a los huracanes y tifones. Las donaciones se pueden hacer en línea haciendo clic aquí, yendo a pcusa.org/GIVE-HURRICANES, por teléfono al (800) 872-3283, o por cheque a nombre de la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.) con "DR000194" escrito en la línea de memo y enviado por correo a la
Iglesia Presbiteriana (EE. UU.) P.O. Box 643700 Pittsburgh, PA 15264-3700 ACTUAR: - Descargue y utilice el folleto informativo.
- Se necesitan los kits Gift of the Heart: para más información haga clic aquí.
- Manténgase informado y de "Me gusta" en Facebook, descargue recursos y comparta actualizaciones con su congregación.
ORAR: Escucha nuestra oración Dios de nuestra vida, cuya presencia nos sostiene en toda circunstancia, en la tormenta y en la angustia. Que quienes se han librado de la furia de la naturaleza, así como quienes cuyas vidas han sido afectadas para siempre por los estragos del viento y el agua, encuentren consuelo, sustento y fortaleza en los días de recuperación y reconstrucción que se avecinan. Oramos por las personas que todavía están en peligro que esperan en los barrios mientras suben las aguas, que oran para que cesen las lluvias. Oramos por quienes se guardecen en casa o entre gente desconocida mientras el viento azota, por las personas que han huido de su hogar y esperan llenos de dudas. Pedimos valentía sustentadora, bondad de gente desconocida y esperanza que no defrauda. Abrimos nuestros corazones para escuchar con compasión las historias de quienes estas tormentas han afectado y a actuar generosamente en su favor: comunidades cuyos medios de subsistencia, hogares y estabilidad han sido destruidos. Oramos en el dolor, honrando las vidas destrozadas y los medios de subsistencia, hogares y negocios para quienes la recuperación parece una montaña insuperable. Mientras los tifones, las inundaciones y los huracanes asaltan el planeta y ponen en peligro la creación y tantas comunidades vulnerables, oramos por los pueblos del Caribe, Filipinas y Vietnam, Pakistán y los Estados Unidos. Aunque año tras año soportamos estas temporadas, también vemos los impactos cada vez más intensos que el cambio climático impone en nuestra frágil tierra a medida que las tormentas aumentan en severidad y número. Nos arrepentimos de nuestra falta de atención a esta crisis y nos comprometemos a reparar y sanar la tierra. Pedimos valentía sustentadora para quienes están sufriendo, sabiduría y diligencia entre las agencias y las personas que evalúan los daños y dirigen los esfuerzos de socorro; y que la generosidad fluya tan poderosamente como ríos y arroyos, respondiendo a las profundas necesidades humanas que emergen tras estas tormentas. Que cada lágrima sea enjugada, mientras nos unimos al trabajo de tu Espíritu inquieto, el cual incluso ahora se mueve sobre las aguas del caos, creando, sanando y dando a luz a tu nueva comunidad de justicia y plenitud para toda la creación y para las criaturas que habitan en ella. En el nombre de Cristo el Sanador oramos, amén. --La Reverenda Dr. Laurie Ann Kraus Asistencia Presbiteriana en Desastres, Iglesia Presbiteriana (EE.UU.A.) |
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